viernes, 24 de febrero de 2012

LOS COCHES USADOS O DE SEGUNDA MANO, A EXAMEN

Comprar un coche usado no debería de suponer ningún problema para el comprador si éste tiene en cuenta algunos detalles que estamos seguros le servirán para no errar cuando de lo que se trata es de hacer una inversión de unos miles de euros y no tener problemas. Lo primero, sin duda alguna, es elegir el establecimiento en donde adquirirlo, evitando las ofertas que le llegan desde la calle y que podemos observar en vehículos aparcados estratégicamente y que nos invitan a deducir, en una primera impresión, que se trata de un particular que desea deshacerse de su vehículo y lo hace saber a quien esté interesado colocándole un cartel con lo más destacado del coche y un teléfono al que llamar. Sin embargo, se trata de compra-ventas profesionales que evitan instalaciones en donde guardarlos, que no disponen de ninguna infraestructura comercial ni mecánica y que no suelen dar la cara una vez se ha producido la venta. No tratamos de señalarlos como sospechosos de nada, pero sí decir que cuando menos resulta sospechoso el sistema de ventas que usan y que, por cierto, no parece que les vaya mal. Es más, si deciden quedarse con alguno de ellos y les aseguran, eso sí, mediante contrato, que se lo entregan en perfectas condiciones y se lo garantizan por el tiempo que ustedes hayan aceptado previamente, no seremos nosotros los que no estemos de acuerdo con la adquisición.
 
Otro dato a tener en cuenta cuando de comprarnos un vehículo usado se trata, es que todos ellos, salvo escasas excepciones, que en todo caso confirmarían la regla, han sido bien tratados y que también todos, siempre que lo adquiramos en un establecimiento legal, han sido revisados en sus partes fundamentales. Por otra parte, atención al precio, porque dependiendo de éste así será la garantía que el vendedor nos ofrezca. Y lo mismo ocurre en la totalidad de la operación, es decir, que el precio final es el que determina las condiciones generales de las que deberá responder el vendedor. Porque esto sí que debemos tenerlo claro: que el vehículo haya sido transferido a nuestro nombre en el momento en el que nos entregan las llaves y nosotros hayamos abonado el total; que los pagos que deberá hacer el comprador ante las Administraciones o la Jefatura Provincial de Tráfico sean solo los que le correspondan desde la fecha en que lo adquiere y no de los anteriores propietarios; que compruebe la entrega de los documentos que garantizan las operaciones a las que se ha comprometido el vendedor, y, finalmente, firmar la conformidad las partes. Toda esta documentación debe conservarse en beneficio del comprador y del vendedor, especialmente cuando de reclamar se trate, porque debemos recordar que, en el uso diario al que sometamos el vehículo, lo más probable es que presente alguna anomalía y que nos veamos obligados a acudir al vendedor, que deberá responder de sus obligaciones sin dilación ni cortapisas.
 
Finalmente, no caiga en el error de quedarse con el primero que le ofrezcan y dese el gusto de subirse y bajarse en todos los que le parezcan adecuados a sus necesidades. Observe hasta el más mínimo detalle y pida información sobre lo que dude. Sepa que los vendedores son especialistas en lo suyo y también en saber vender, es decir, que notarán enseguida si está interesado o no en realizar la compra en su establecimiento. Por encima de todo debe evitar la compra si tiene dudas razonables sobre el estado del vehículo, porque es muy probable que acabe arrepintiéndose una vez comprado. En lo que pueda, evite la compañía del amigo o el familiar que asegura que de coches sabe lo suyo, porque le entorpecerá en la elección y en realidad sus conocimientos son escasos. Y recuerde que las redes sociales les permiten conocer los precios de los vehículos usados según la edad que tengan, y no estaría de más que contrastara los precios de la oferta con los que ha conseguido por otros medios. Aunque parezca un mercado incontrolado, en el que cada uno marca los precios que estima convenientes, lo está y mucho.