Cuando se decide la adquisición de un coche, sobre
todo si son jóvenes quienes los van a conducir, debemos tener en cuenta que
prima por encima de cualquier otro valor, su propio estilo, su equipamiento, los
extras que les pueden añadir y la velocidad que alcanza. En caso de que sean los
padres los que intervienen y finalmente deciden qué vehículo comprar, la
seguridad, los gastos de mantenimiento y el seguro y la fiabilidad son sus
máximas. Y debemos entenderlo como lógico si tenemos en cuenta que quien acaba
pagando los gastos generales que genere el coche es la familia. Por lo tanto,
tener en cuenta el modelo, el tamaño, la potencia fiscal y los años de garantía
que el fabricante ofrece es fundamental para obtener un gasto controlado y, por
tanto, aceptable.
De siempre se ha dicho que por muy tentador
que resulte tener como primer coche un potente deportivo, como la experiencia al
volante de un conductor novel es limitada, es mucho mejor empezar por un
práctico coche urbano de primera mano, cuando no se acepta de buena gana que sea
uno usado, porque, se suele decir, se aprende mejor con él y le puedes dar
traca. Llegados a este punto, creemos interesante detenernos en algunos detalles
que resultarán imprescindibles para una buena y segura elección. El apartado
seguridad exige que busquemos vehículos dotados de equipamiento de seguridad
como airbags, frenos antibloqueo y cinturones de seguridad con pretensores. Los
modelos más modernos estarán equipados con airbags laterales y otros adicionales
para tórax y abdomen montados en los asientos, y con control electrónico de
estabilidad. Si el presupuesto lo permite, podríamos optar por coches que tengan
cuatro o cinco estrellas en las pruebas de choque.
En cuanto al equipamiento, debemos comprobar el estándar del vehículo y si se adapta a las necesidades de quien acabará siendo el conductor habitual. Desde un gran maletero para el material deportivo hasta un sistema de navegación por satélite para que el joven conductor no se pierda. Por supuesto, el consumo, para el que el tamaño no es lo único que importa. Aunque pueda parecer que los coches grandes son mejores, debemos tener en cuenta que también consumen más. Si el coche se va a usar para ir a clase o a eventos deportivos, los kilómetros se acumulan rápidamente, así que debemos buscar un coche con consumo eficiente para reducir el gasto a la hora de llenar el depósito.
En cuanto al equipamiento, debemos comprobar el estándar del vehículo y si se adapta a las necesidades de quien acabará siendo el conductor habitual. Desde un gran maletero para el material deportivo hasta un sistema de navegación por satélite para que el joven conductor no se pierda. Por supuesto, el consumo, para el que el tamaño no es lo único que importa. Aunque pueda parecer que los coches grandes son mejores, debemos tener en cuenta que también consumen más. Si el coche se va a usar para ir a clase o a eventos deportivos, los kilómetros se acumulan rápidamente, así que debemos buscar un coche con consumo eficiente para reducir el gasto a la hora de llenar el depósito.
Si cuidamos estos detalles, si le damos la
importancia que en realidad tienen, y más para los tiempos que corren, damos por
supuesto que habremos realizado una buena compra, o al menos ajustada a nuestras
posibilidades económicas. No valorar la garantía del fabricante, el consumo, el
equipamiento, sus posibilidades técnicas y el costo del mantenimiento propio de
cualquier vehículo, como son los cambios de aceite y demás, puede acabar
dándonos un disgusto. Debemos ser realistas y aceptar de buena gana que el coche
que hemos elegido es el que se ajusta a nuestras necesidades, aceptando desde el
primer momento que hay otros más grandes, mejores, más potentes y más
llamativos, pero que nos causarán más problemas de los que podamos soportar.