A veces, y les aseguramos que no son pocas, ustedes tienen a bien intercambiar opiniones sobre los comentarios que hacemos en relación con la circulación en general, y aunque no siempre conseguimos ponernos de acuerdo, sí que coincidimos en lo fundamental, es decir, en lo que importante es reducir la accidentalidad implantando medidas que lo consigan. La persecución a la velocidad excesiva, y no siempre la máxima que se permite en autovía y sí las que tienen que ver con la circulación en las ciudades; el alcohol, el móvil, el cinturón, etc., están siendo fundamentales para esta reducción, aunque es evidente que no siempre con éxito. Hoy lo que queremos es compartir con ustedes una noticia que, desde lejos, puede quedar solo en eso, en algo que hemos conocido a través de los medios de comunicación, pero en la que podemos vernos involucrarnos en cualquier momento y que representa con realismo lo que sucede en nuestras carrreteras, porque lo que sabemos con certeza es que no son pocos los conductores de todo tipo de vehículos que conducen bajo los efectos del alcohol y de drogas de todo tipo.
La noticia nos cuenta que un transportista de 44 años fue detenido el pasado jueves tras arrojar una tasa de alcohol en sangre siete veces superior a la permitida, después de verse implicado en un accidente de tráfico, afortunadamente sin heridos. Según esta información, un camión articulado con matrícula búlgara colisionó de forma lateral con una furgoneta que arrastraba un remolque cuando ambos vehículos circulaban en el mismo sentido de marcha. En el transcurso de las diligencias posteriores al accidente, se realizaron las correspondientes y obligatorias pruebas de detección alcohólica a ambos conductores. Tras someterse a las mismas, el del camión, que presentaba síntomas evidentes de embriaguez, arrojó una tasa siete veces superior a la permitida para la conducción de este tipo de vehículos, establecida en 0,15 miligramos de alcohol por litro de aire aspirado. Ante estos hechos se procedió al arresto del conductor del camión bajo la acusación de un delito contra la seguridad vial. Así mismo, le intervinieron de forma cautelar su permiso/licencia de conducción conforme a lo dispuesto en la normativa vigente.
Resumida así, la noticia es una más. Sin embargo, si entramos en detalles vemos que, si sumamos los casos parecidos que hemos ido conociendo a lo largo de este año, aumenta preocupantemente el número de conductores de vehículos pesados que viajan embriagados. Y nos interesa especialmente la opinión de los usuarios que no aceptan los controles como principio y menos los que tienen que ver con lo que ellos entienden es su libertad personal, como es el caso del cinturón de seguridad, el uso del móvil o la velocidad. ¿Alguno se preguntará qué podía haber ocurrido con este conductor si no es detectado por los agentes de Tráfico? ¿De verdad que mantendrán su opinión ante una situación de peligro tan inminente como es un conductor borracho? Por el momento, los porcentajes de accidentes mortales ligados con el consumo de alcohol aumentan considerablemente desde primeros de año y nos avisa de que no faltan los conductores que menosprecian estas restricciones y circulan claramente alterados en sus condiciones físicas. Desde luego que para los que se mantienen firmes en sus opiniones, el coincidir con un conductor ebrio seguro que les cambia radicalmente sus perspectivas y más si tienen la mala suerte de sufrir un accidente. Y lo peor y real es que ocurre, que esta situación se da en infinidad de ocasiones y que lo mejor que nos puede pasar es no encontrarnos con un conductor en semejantes condiciones por lo que nos pueda pasar.
Les recordamos que las prohibiciones, todas, tienen razón de ser, que están basadas en las estadísticas y que en ningún caso responden a los caprichos de quienes las implantan. Asumiendo y comprendiendo esta máxima quizá nos cambie no solo la perspectiva que tenemos del tráfico, sino la vida.