Más de 2.000 víctimas,
entre heridos y fallecidos, durante cinco años y en tan solo
150
kilómetros. Este es el titular y el balance de Tramos de
Concentración de Accidentes en España entre 2006 y 2010, que la asociación
Automovilistas Europeos Asociados acaba de publicar con datos del Ministerio de
Fomento. Esta asociación entiende que si bien los recortes presupuestarios
pueden retrasar la necesaria actuación en esas infraestructuras, es importante
al menos que los conductores sepan dónde están para tomar las debidas
precauciones, porque hasta el momento solo seis de esos tramos están señalizados
como puntos negros y en tan solo 14 hay instalado un radar. Esta organización ha
detectado 150 tramos peligrosos repartidos en 60 vías de la Red de Carreteras del Estado
que comprende 25.835 kilómetros y por los
que discurre el 50 % del tráfico, según cifras de 2011. Es decir, el informe no
incluye los puntos negros de las vías gestionadas por las autonomías, con un
total de 71.853
kilómetros, y por las Diputaciones y Cabildos, con
68.219
kilómetros.
Para elaborar este estudio se ha tenido en cuenta el Índice
de Peligrosidad Medio, un indicador del número de accidentes en función del
número de vehículos que pasan por un tramo, y ha escogido las carreteras
convencionales con este índice superior a 10, mientras la media es de 11 en
estas vía, y las autovías y autopistas con un índice superior a 30, siendo en
éstas la media de 7. Castilla y León es la comunidad, con veintinueve, con más
tramos de concentración de accidentes, seguida de Andalucía con 23, Aragón con
19, Castilla-La Mancha con 18, Comunidad Valenciana con 15, Cataluña con 14,
La Rioja con 10,
Galicia con 8, Extremadura con 7, Cantabria con 3, Madrid con 2 y Euskadi
también con 2.
De acuerdo con este
índice, el tramo más peligroso de la Red de Carreteras del Estado se encuentra
en la localidad salmantina de Béjar, en el kilómetro 415 de la N-630, con un índice de
peligrosidad de 1.333, 120 veces más que la media nacional. Entre 2006 y 2010,
en este punto hubo 10 accidentes con 19 víctimas. No obstante, aquí existe ahora
una autovía, por lo que es muy probable que su peligrosidad descienda. La vía
con más siniestros está en Pontevedra. Los kilómetros 10 y 12 de la autovía A-55
sumaron 209 accidentes con 319 víctimas, entre 2006 y
2010.
De acuerdo con la opinión de esta asociación, el estado de
las carreteras desempeña un papel fundamental en la seguridad vial de un país,
aunque teme que la crisis pare la inversión. Un dato que lo confirma es que las
obras realizadas entre 2006 y 2010 permitieron reducir a un cuarto el índice de
peligrosidad.
Un estudio del Real Automóvil Club de Cataluña publicado el
pasado jueves arroja resultados similares. De acuerdo con éste, en los últimos
10 años el riesgo de sufrir un accidente mortal o grave en las carreteras del
Estado ha caído en un 67 %. Naturalmente, la inversión en infraestructuras ha
tenido mucho que ver. En la última década, los kilómetros de las carreteras
estatales han aumentado un 5,6 %, aunque la distribución por tipo de vía ha sido
muy heterogénea. Los kilómetros de vías convencionales han descendido un 11 %,
los de autopista y autovía han aumentado entre un 40 % y un 50 %. Con estos
datos podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la probabilidad de tener un
accidente en una carretera convencional es tres veces mayor que en una de alta
capacidad.