Lo queramos o no, las
bicicletas han dejado de ser exclusivas del verano. Ahora, en cuanto el sol se
hace presente, e incluso cuando se mantiene escondido entre las nubes, los
usuarios de este tipo de vehículos salen a la calle y la carretera a recorrer,
solos o en grupo, unos cuantos kilómetros para mantener no solo su habitual
espíritu deportivo, sino un cuerpo sano. Nosotros, que venimos denunciando una
actitud nada adecuada de algunos de estos accidentales deportistas del pedal,
mantenemos en firme y en donde sea necesario, que la gran mayoría se juega la
vida y que, no solo no hacen nada por evitarlo, sino que coadyuvan a mantener un
alto y peligroso nivel de imprudencia. Por eso, y adelantándoles que no se trata
de perseguir a nadie y sí de generar inquietud entre este colectivo con el
objetivo de que ganen en seguridad, queremos compartir con ustedes una serie de
consejos de sobra conocidos, pero que no viene nada mal recordar. Por ejemplo,
¿usan habitualmente el casco? Pues sepan que, aunque en ocasiones pueda resultar
molesto o darnos mucho calor, siempre es mejor golpearse con él que con la
cabeza.
Por otra parte, lo de
dejarse o hacerse ver siempre, especialmente de noche, nos obliga a utilizar
luces y reflectantes tanto en la bicicleta como en la ropa: una luz de posición blanca en la parte delantera,
otra luz de posición roja en la parte trasera, un catadióptrico rojo en la parte
trasera que no sea triangular y catadióptricos amarillos en los radios de las
ruedas, y, opcionalmente, en los pedales. El no estar equipada la bicicleta con
estos elementos supone una multa de 80 euros. De día, llevar ropa
de colores llamativos que no se confundan con el paisaje nos asegura ser vistos
con tiempo. Por supuesto, nada
de
auriculares de ningún tipo, ya que no nos dejarán escuchar lo que ocurre a
nuestro alrededor. Además, está expresamente prohibido por el Código de
la Circulación.
Lo de circular siempre en línea recta y no ir haciendo eses que
puedan coger de imprevisto a los conductores, no parece que necesite de más
detalle, porque de sobra sabemos lo peligroso que es. En caso de que no existan carriles bici, lo
suyo es circular por el arcén y, en el peor de los casos, siempre lo más pegados
a la derecha que nos sea posible, porque así será más fácil que nos adelanten.
Por otro lado, no circularemos por vías en las que está prohibido expresamente
para las bicicletas.
Es de sentido común
aceptar que debemos avisar con suficiente antelación las maniobras que vayamos a
realizar. Nos estamos jugando la vida. Y atención a esta otra máxima que no
podemos, en ningún caso ni bajo ninguna circunstancias, transgredir: debemos
respetar las señalizaciones viales, especialmente la de stop, las de ceda el
paso, las direcciones prohibidas, los semáforos, los agentes de tráfico, etc.
Por cierto, nunca sueltes las
manos del manillar. No queda bien, es muy peligroso y, además, es una forma
absurda de hacer el ridículo. En otro orden de cosas, es bueno que sepas
que protegerse del viento
detrás de los coches que nos preceden resulta poco aconsejable.
Cuando decidas salir a
la carretera en busca de la paz que seguro te proporciona tu bicicleta, procura
hacerlo en grupo. Entre otras razones, porque si tienes la mala suerte de sufrir
un accidente, te podrán ayudar y tendrás testigos. Además, a los grupos se les
ve mucho mejor que a uno solo. Es bueno también elegir carreteras con poco
tráfico. Y recuerda que la prioridad es relativa, y, aunque la tengas, extrema
las precauciones, ya que siempre llevarás las de perder, porque será tu cuerpo
el que pare el golpe. En
cuanto al sí o el no del móvil, es recomendable
llevarlo por si tienes algún problema, pero eso sí llévalo apagado.
En relación a lo de ir
acompañado, circula siempre unido al grupo y sal de él sólo para adelantar.
Aunque parezca un consejo
absurdo no podemos evitar compartirlo con vosotros, y éste es que
evitéis salir en días con
mala visibilidad por niebla, lluvia intensa, etc.
Ni se os ocurra pasar
rozando los coches aparcados, ya que se puede abrir una puerta o pueden arrancar
inesperadamente. Lo mejor es dejar por lo menos un metro y medio de distancia.,
que es la misma que deben dejar los vehículos que nos adelantan.
Otro detalle evitable es que
no
te la juegues en los descensos; eso déjalo para las competiciones y para los
profesionales. Finalmente, vete identificado con el DNI o algún carné, revisa el
estado de la bici antes de salir, lleva herramientas y recambios, usa guantes,
gafas protectoras y agua suficiente.
Y hasta aquí nuestra aportación. Sabemos que son de sobra conocidos, que quizá sirvan de poco, pero, ajustándonos a lo que vemos en la carretera, no estaría de más que algunos ciclistas los tuvieran en cuenta en su propio beneficio.
Y hasta aquí nuestra aportación. Sabemos que son de sobra conocidos, que quizá sirvan de poco, pero, ajustándonos a lo que vemos en la carretera, no estaría de más que algunos ciclistas los tuvieran en cuenta en su propio beneficio.